
A veces puede ocurrir que la apatía
se hace un hueco en nuestras vidas
y se convierten en vacío
los matices de pasión
que ardían en nuestro interior,
y casi sin darnos cuenta
encontramos el olvido.
Cuando el amor tambalea
al borde del precipicio
y el ropaje de los hechos
con los que nos ataviamos
nos empieza a resultar
cada vez mas apretado.
Si como espina clavada
el río de nuestra verdad
nos hace soltar amarras,
lanzarnos a la tempestad
a buscar en otros mares,
entonces no hay marcha atrás,
se nos cierran los caminos,
ya no vale lamentar
por todo lo que no hicimos.
Por dedicar mucho tiempo
a no estar comprometidos,
a perdernos, a perderlos,
nos sentimos abatidos.
Es momento de empezar
a dar un giro al destino.
Autor: Belkis Torres Franco