MI CONDENA

Hoy he estado urgando en el baúl de mis recuerdos, y les dejo nuevamente un versillo de antaño, cuando en mis años mozos escribía lo que sentía. De ese ayer que me hizo padecer, pero también crecer, guardo sólo los bellos recuerdos, el tiempo y la distancia borraron los no gratos, de ellos no me quedan ni sombras, ni destellos...

Llegaste así sin avisar
A mitigar mi insípido penar.
Tu luz prendió la chispa
que me hizo suspirar,
Y al contacto de mis hojas secas
Se encendió la hoguera
Y me dejé quemar en ella toda entera.

En ti encontré lo que tanto busqué,
La admiración, la paz, la fe,
Todo lo que anhelé.

Eras aquel príncipe que en mi mente vagaba
Eras el pájaro que a mi oído cantaba
Eras la suave brisa que por las noches me acariciaba
Eras como la luna que desde lejos me vigilaba.

Así como llegaste sigiloso, paciente, cariñoso,
Hasta un tanto nervioso,
Me colmaste de besos, me sentí tan dichosa,
Me olvidé que en la vida hay que ser cauteloso,
Me abandoné al hechizo voraginoso…

Y así sin mas te ví marchar
Dejándome sumida en la tristeza,
En la incertidumbre,
Con todas mis flaquezas.

Me dejé arrastrar por la corriente,
Me envolvió la llama de tu fuego ardiente,
Y ahora solo queda
Como una cruel condena
Tener que olvidarte irremediablemente.

Autor: Belkis Torres Franco