Cuando en tu tristeza intuyas
que el silencio se aproxima
y con sus garras pretende
abrirte nuevas heridas.
Cuando sientas esa cruz
que crucifica tu
aire
y el látigo de las dudas
atiza tan cruel tu alma,
cuando el conflicto dilata
cada poro de tu piel
y no encuentras la salida
del laberinto en que vives,
detente por un
instante
y toma la decisión,
no dejes que el sol se escape,
ábrete como una flor
y lánzate al mar abierto.
Es eso lo que hice yo,
me llene de gran valor
me fui a volar otros vientos
a campear con los obstáculos,
a construir con tesón
nuevos puentes, nuevos lazos
a dar lo mejor de mi,
de lo acre hacer un canto
y un dia sin calcularlo
tejiendo lunas al alba
nos encontramos los dos
y entonces todo cambió.
No hablo solo del arrobo
de esos ojos como el cielo
que me enseñaron un mundo
en cuestión de dos segundos.
Hablo de serenidad, complicidad,
y de apoyo, de respeto compartido,
hablo de un baile al compás
de una música de vida.
Desde entonces acometió
Como ráfaga el fulgor,
veo en las dunas encanto
y en el silencio hay fragor.
En las nubes veo las huellas
de jinetes que cabalgan
y traen solo bonanzas,
en mis horas solo hay danzas,
oigo el ritmo de las rocas
y entre suspiros de rosas
mi rio encontró su cauce.
Escrito por Belkis Torres Franco. 15.04.2018