EL ABRAZO

Para los que no me conocen, quiero decirles que soy extremadamente melosa, y me encanta acariciar, besar y abrazar a mis familiares, amigos y aun a los no muy amigos. Sobre todo disfruto de los niños y de los ancianos.
Todos necesitamos contacto físico para sentirnos bien, y una de las formas más importantes de ese contacto físico es el abrazo.
Cuando nos tocamos y nos abrazamos, llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos.
Algunas veces no encontramos las palabras adecuadas para expresar lo que sentimos, el abrazo es la mejor manera.
Al nacer el abrazo de mamá nos proporciona seguridad, confianza, ternura y amor. Al crecer el abrazo de nuestros padres nos aporta fortaleza
En cada oportunidad que tengo abrazo a los míos, incluso y aunque sea mal interpretado en algunas ocasiones, abrazo a personas que acabo de conocer o a los que siento que necesitan algo de apoyo o ternura. Y les puedo asegurar que esos abrazos me aportan beneficios increíbles, como rescatarme de la soledad y el aislamiento, potencian mi autoestima, me facilitan los desbloqueos físicos y emocionales, me ejercitan en la empatía, favorecen la comunicación, me devuelven la alegría y el buen humor, brindan reconocimiento y protección a mi niña interior, y me imagino que a quienes los reciben les proporcionará también algo agradable.

Con un abrazo le puedo decir a alguien, eres la persona más importante de mi vida, te quiero, estoy contigo, eres mi amigo, te extraño, te felicito, eres especial, te adoro. Lo puedo utilizar para calmar un enfado, para aminorar la tristeza de alguien, para alegrar a otro.
En fin, que con un abrazo brindamos protección, seguridad, confianza, fortaleza, salud, autovaloración.
Así es que vamos a abrazarnos más y a fomentar la filosofía del amor al prójimo.